Tras analizar la economía de Lituania, Estonia, Bielorrusia, Letonia, Georgia, Moldavia, Armenia y Azerbaiyán
, podemos observar como estos países en su conjunto, presentan un gran
crecimiento del PIB per cápitadesde los años 90 hasta el último año
tratado, 2019, destacándose entre ellos Estonia, letonia y Lituania, siendo los
países que más PIB logran alcanzar. Este crecimiento del PIB per cápita viene
desarrollado en un contexto de independencia y desaparición de la URSS, seguido
de un comienzo de la industrialización de dichos países.
Esta referencia a la
industrialización está basada en un descenso exacerbado en la variable de agricultura,
del cual podemos sustraer que se ha producido éxodo del campo hacia las
ciudades, lo cual es síntoma inequívoco de un aumento de la industria. Además,
el desempleo, a pesar de sufrir algunos picos con cifras altas, sobre
todo relacionado con periodos de crisis, generalmente sufre un descenso, dato
que reafirma la revolución industrial anteriormente mencionada.
Algunas de las causas más
importantes del crecimiento del PIB per cápita, sobre todo en los países
balcánicos, son los datos en cuanto a Doing Business , que ha
logrado que las empresas se desarrollen gracias a alcanzar una burocracia
eficiente, un sistema impositivo de bajos impuestos y simplificado, beneficiar
fiscalmente los beneficios empresariales destinados a la inversión, su apuesta
tecnológica y, esencialmente, una política de estabilidad presupuestaria en sus
cuentas públicas, desarrollando la complejidad económica, es decir, la
estabilidad y desarrollo de las empresas creadas. Todo este clima de desarrollo
atrajo la inversión extranjera, sobre todo en Azerbaiyán y Estonia
debido al petróleo y la maquinaria de radiotelefonía y radiotelegrafía, que
además son los principales productos exportados en el resto de los países salvo
en Armenia y Georgia, cuyo principal producto de exportación son minerales de
cobre, y Moldavia, cuya principal exportación son cables eléctricos y alambre.
Todo este desarrollo
económico, la industrialización y, en parte, la reducción del desempleo ha
derivado en un aumento del Índice de Desarrollo Humano, mejorando la
calidad de vida de los ciudadanos. Esto, sumado al aumento en la inversión
sanitaria, ha supuesto un aumento de la esperanza de vida de manera
considerada. Sin embargo, la
población se encuentra en continuo déficit
con cifras cada vez más bajas. Esto se debe a la baja tasa de natalidad de los
países sumado a la dificultad para la entrada de inmigración y teniendo como
causa principal la emigración, la cual alcanza valores del 14%, una de las más
altas de Europa, siendo en su mayoría jóvenes de entre 25 y 35 años con
estudios superiores que salen del país debido, casi con total seguridad a los
picos de desempleo originados por periodos de crisis, con el objetivo de
encontrar trabajo y mejores salarios en países extranjeros.